“¿Qué es la vida? Un frenesí,
¿Qué es la vida? Una ilusión,
Una sombra, una ficción…”
La vida es el gran teatro de los sueños y las pesadillas,
es el ir y venir de las sonrisas que se ahogan en llantos,
es el odio entre dos hermanos,
es el amor entre un reo y su verdugo,
presos todos del caos de sus propias desventuras.
La vida es la gran realidad de una verdad difusa,
es la mentira desquiciada de la demagogia,
es el rencor entre la paz y la guerra,
es una desequilibrada igualdad,
es el morir dos veces por cada día que vivo.
Pero la vida no es solo el escenario donde los buenos y los malos de la película interpretan sus personajes, la vida no es solo la lucha entre el bien y el mal, entre la paz y la guerra.
Es la dulce condena que nos lleva en el baile que supone despertarte un día para echarte a dormir años después.
No es un sueño frustrado, ni un circo sin payasos…es un camino que todos recorremos con una maleta llena de experiencias que nos visten, de sentimientos que nos abrigan o de recuerdos inolvidables.
Los que nos hacemos llamar personas viajamos sin dinero pero con sonrisas, sin armas pero con palabras, sin tristeza pero con una dulce lágrima que merece la pena guardar. Porque aún nos emocionamos al mirar los ojos de un niño, que brillan más que el sol cuando encuentra el juguete que los Reyes Magos le regalan. Aún se nos cae una lágrima cuando alguien nos ofrece, a los menos niños, un sincero “te quiero”, cuando alguien nos demuestra que la vida merece ser vivida, cuando nos dice que vale más guardar esa lágrima que perder mil sonrisas.
La vida es un frenesí, una ilusión, una sombra, o una ficción…pero también, la esperanza que los ojos de un niño desprenden cada noche al despertar.